José Luis Manzano Agudo es probablemente el mejor actor y más representativo del género quinqui, a pesar de la limitada filmografía que realizó. También se dispone de (relativamente, en comparación con otros) bastante información acerca de su vida, aunque mucha es discutida o discutible, y las mentiras abundan. Pese a su talento y su éxito, tuvo, en términos generales, una vida trágica y desgraciada. Sus rizos infinitos, su mirada atormentada y su sonrisa tímida también lo convirtieron en un icono sexual de la época, cuando por primera vez en el cine "para todos los públicos" llega la revolución de los desnudos masculinos.
José Luis nació en la villa de Vallecas el 20 de diciembre de 1962, en el seno de una familia de inmigrantes de Toledo muy pobre. Es el menor de 8 hermanos y su madre pronto se ve desbordada por la situación. Nunca fue al colegio, pasando su infancia entre Vallecas y una parcela en Arroyo de la Gavia, por lo que no recibió ni educación básica, y con tan solo doce años ya trabajaba como mozo de carga de una taberna, a consecuencia de lo cual se astilla la columna y está hospitalizado durante meses. Precisa de varias operaciones para recuperarse, y sufre secuelas el resto de su vida.
Eloy de la Iglesia, director de cine reputado, rompedor (y homosexual declarado), pasea por los suburbios de Madrid buscando chavales para su próximo proyecto: planea hacer una película basada en la vida del joven delincuente Jaro. Dijeron en las entrevistas de la época que Manzano y de la Iglesia se conocieron en el casting que éste convocó para la película, pero lo cierto es que para cuando empezó el rodaje, que José Luis tenía 16 o 17 años, hacía ya dos que vivía con Eloy. Cada uno puede sacar sus propias conjeturas y hacer sus propias suposiciones acerca de estos hechos. En cualquier caso, Eloy subvenciona la educación de José Luis, que aprende a leer y escribir, si bien no con la suficiente soltura como para doblar su propia voz en esta película, por lo que es doblado por Ángel Pardo.
Navajeros se estrena en 1980 y es un éxito nacional. Además de estar basada en la vida real de El Jaro, es una película muy movida, entretenida, llena de acción, y hay que tener en cuenta también que en esta época el tema está muy de actualidad. El género todavía no se califica de "quinqui", esto es algo que se hará con el tiempo, pero la delincuencia juvenil es un problema acuciante que tiene en jaque a la policía, que no da a basto; desbordados a los juzgados, que se ven incapaces de enfrentarse al problema con un sistema penal desfasado; y a toda España, que no sabe cómo contener a estos chiquillos nacidos de la derrota y la necesidad, y criados sin normas y sin miedo.
El año siguiente (1981) José Luis rueda Barcelona Sur. Es una película más bien mala, a la que sólo he tenido ocasión de echarle un vistazo con una calidad de imagen aún peor. Es la única que rodará bajo la dirección de otro director que no sea Eloy de la Iglesia (con una breve excepción en la serie televisiva Los Pazos de Ulloa, 1985), de quien se convierte en actor fetiche y exclusivo. Con el tiempo, esto le cerrará muchas puertas a José Luis, pero siente que está en deuda con él, que ayuda también a su familia, pagándole un piso a su madre para que viva con dignidad, y accede a esta mutua relación de dependencia.
En 1982 rueda con Eloy la película
Colegas. Los personajes conservan el nombre real de los actores que los interpretan, y se dice que fue una película rodada "entre amigos" (los actores elegidos tenían bastante relación también fuera del plató). Había muy buen rollo en el rodaje, y creo que esto se tradujo en el resultado final. Eloy vuelve a romper todos los tabúes de la época, introduciendo en el argumento de forma casual y aparentemente inocente temas tan sórdidos como el tráfico de drogas, la venta de bebés, la homosexualidad o la prostitución. Sin embargo el resultado es ligero y ameno, la película está muy bien, y los protagonistas, además de Manzano, son nada más y nada menos que los hermanos Flores (Rosario y Antonio), Enrique San Francisco y José Luis Fernández
Pirri, lo que sube el caché de forma considerable. Los diálogos y el argot, a cargo del omnipresente Gonzalo Goicoechea (guionista de todas las películas de Eloy) siguen siendo sonando actuales incluso hoy, después de casi 30 años.
Es en torno a esta época cuando todo el reparto, director incluido, comienzan a asomarse al abismo de la heroína, del que muchos ya no saldrán, entre ellos Manzano. Es una pena que por aquél entonces se tuviera tan poca información y no se conocieran los devastadores efectos y la altísima adicción, tanto física como psicológica, que produce esta droga. Quiero pensar que si hubieran visto el estado de los pocos zombies vivientes que quedan todavía en nuestras calles, yonquis supervivientes de aquellos años, se hubieran pensado muy mucho el empezar, y seguiríamos teniendo a Manzano. Probablemente habría llegado a ser un reputado actor de talla internacional, ya que tras el estreno de la película El Pico, que fue un taquillazo en muchísimos países, despunta fuera de nuestras fronteras.
El Pico se estrena en 1983 (¡¡las cosas que hacía ya la gente cuando yo estaba llegando al mundo!!) y es el mayor éxito de Eloy de la Iglesia. Como ya he dicho, traspasa fronteras, siendo un éxito de taquilla allá donde va. Desde EEUU, donde deslumbra al público, se le ofrece a José Luis una beca para estudiar interpretación. Es la más oscura de las películas rodadas con José Luis hasta ahora, y se nota que la droga está pasándoles factura a todos en el plano emocional. Aún así Manzano hace una interpretación impresionante, no bajando ni un ápice la calidad. También cambia de registro, interpretando aquí a un muchacho de familia media, hijo de un guardia civil. La trama se centra principalmente en las tensas relaciones con su padre y el problema de la droga. Parece que la idea inicial de Eloy era rodar una película de amor entre un "picoleto" y un "abertzale", pero la censura de la época impidió que se llevara a cabo el proyecto. Por ello Eloy dejó las cosas en la amistad entre Paco (hijo de guardia civil) con Urko (hijo de político abertzale), aunque vuelve a poner el dedo en la llaga mezclando, además de algo de política relacionada con el País Vasco y el terrorismo, las drogas (aviso para navegantes con grima: escenas duras de jeringuillas chutando venas en primeros planos y sin pudor, con parsimonia y todo detalle) y una dura denuncia de las relaciones entre el narcotráfico y la policía.
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Festival de Donosti, con la película El Pico. Manzano con traje claro a la izquierda. A su izquierda, Eloy de la Iglesia se ajusta el puño de la camisa. Javier García ("Urko") está en el centro, entre dos mujeres, también con traje claro. Justo detrás de él, Enrique San Francisco. |
El bombazo es tal que no puede si no esperarse una segunda parte.
El Pico II se estrena el año siguiente (1984), y aunque podría pensarse que sólo se aprovecha el tirón de la primera parte, para mí está a la altura. Quizás no sea tan profunda, y algunos actores del reparto son sustituidos (el comandante Torrecuadrada, por desacuerdos relacionados con el doblaje, si no me equivoco), pero el elenco principal sigue siendo el mismo, y la trama varía al desvincularse Paco de la asfixiante presencia de su padre, cosa que se agradece. Se cuenta además con la presencia de actores de la talla de Valentín Paredes, Gracita Morales o José Luis Fernández
Pirri. La trama continúa con Paco y sus problemas, que los lía más que los resuelve, y en esta película Eloy denuncia los sobornos a las autoridades, la lamentable situación de los presos en las cárceles españolas y de nuevo la relación de autoridades con el tráfico de drogas.
(continuará... ¡segunda parte!)